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DIALÉCTICA


 

José María García-Mauriño


 

Primer factor.

Existen los contrarios: que hay día y noche, se duerme y se vela, que todos pasamos de la juventud a la vejez, que hay blanco y negro, duro y blando, alegría y tristeza, que hay invierno y verano, que se trabaja y se descansa, etc. Todo lo que ocurre en el mundo entraña contrarios. Y en estos contrarios hay una cierta unidad.
 

El segundo factor a tener en cuenta es la unidad, el todo, lo que se toma conjuntamente con la noche es el día. Es una unidad básica, dinámica, no estática. Esa unidad no se establece a la fuerza, distorsionando los contrarios, o abatiendo a uno de ellos, sino, al contrario, es una unidad armónica, y en esa armonía se verifica la belleza de la naturaleza.
 

Por ejemplo; el bebé recién nacido, tiene que crecer, desarrollarse, dejar de ser bebé para pasar a ser un niño. No puede permanecer siempre siendo un bebé. No lo elimina, no lo mata, pero tiene que dejar de ser bebé. Es el no-bebé. Es la negación del bebé. Empieza su proceso dialéctico: un proceso permanente de cambio. El niño dejará de ser niño, sin eliminarlo, para pasar a ser joven. El joven dejará de ser joven, sin eliminarlo, para llegar a ser una persona madura (y no por la edad). La belleza del ser humano que empieza a ser y nunca dejará de estar hecho del todo.
 

Tercer factor:

Descubrir el significado de esta permanente oposición de contrarios en cada una de las fases que se dan en el universo, porque a la naturaleza de las cosas, es decir, el auténtico ser de una cosa, le gusta ocultarse. La idea básica es que todo lo que ocurre en el mundo entraña contrarios, y que en esos mismos contrarios se renueva perpetuamente la unidad. Se establece un cambio constante, sin llegar nunca a la eliminación del opuesto. A esta cohesión, a este nexo entre unos y otros, los griegos le llaman ensamblaje, armonía. No se trata de cualquier unión, sino de una conjunción cuyo resultado es armónico, no distorsionante. Esos contrarios no se muestran estáticos, sino que existe una tensión entre ellos que les lleva a continuos cambios. El día no se queda siempre en día, sino que le sucede la noche. La noche reclama al día, la oscuridad a la claridad. La armonía se da a través de tensiones, como por ejemplo la tensión en la cuerda de un arco al disparar la flecha, o a la tensión a que somete el músico a las cuerdas de la lira para arrancarle sus más bellos sonidos.
 

Cuarto factor, establece cuál es el proceso: pasar de un ser a otro ser que todavía no es pero está en proceso de existir. El bebé que deja de ser bebé para seguir su proceso de existencia humana El fuego un símbolo de la eterna inquietud del devenir. Las cosas frías se calientan, las calientes se enfrían, las húmedas se secan, las secas se humedecen, el joven envejece, lo vivo muere. Y esa tensión es lo que produce el movimiento. Este devenir no es una sencilla concatenación de contrarios que se suceden unos a otros en esa carrera, mecánicamente, para llegar siempre a algo nuevo. Es la negación (el no-bebé) de la negación, o sea la afirmación de algo nuevo, el niño. El llegar a ser (devenir) es una tensión constante de los contrarios para permanecer en la existencia, en la vida. El bebé llega a viejo, gracias a esa tensión permanente de contrarios.
 

Quinto factor, es el equilibrio del mundo. Sólo puede mantenerse si hay una incesante discordia que tiene el sentido de lucha, pelea, disputa, entre opuestos La discordia, la pelea, la lucha, o la guerra es una metáfora para expresar el dominio del cambio en el mundo. La discordia es la acción y reacción entre sustancias opuestas que luchan entre sí. Pero no es la aniquilación del contrario, no es el dominio permanente de una de las partes, pues el mundo como tal quedaría destruido.
 

A esto le llamamos dialéctica:

Pasar de uno a otro lado requiere cambio: pasar del calor al frío, del invierno al verano. Del bebé al joven. Esta es la dialéctica: la unidad de contrarios. La dialéctica es un proceso constante de cambio. Nada permanece estático. De todas las cosas que existen en el mundo se forma la unidad y la unidad se forma de todas las cosas. Esto es difícil de entender a la mayoría de los hombres. "La naturaleza gusta de los contrarios". La hostilidad y el choque de fuerzas contrarias -una de las grandes experiencias de la vida humana- se encuentra aquí que es el principio universal que gobierna todos los reinos del ser. La materia originaria que aun puede estar representada en el mundo, no es otra que el mismo cambio. De todas formas, no se puede decir que sea precisamente Heráclito el que elaboró una concepción dialéctica de la realidad. El la inició y hasta Hegel en el siglo XVIII no se volvió a teorizar sobre este método. Y lo siguió Karl Marx con la dialéctica de la Historia. “De lo que se trata es de transformar el mundo”.
 

En lo político: el capitalismo tiene que dejar de ser capitalismo, para pasar a ser Socialismo. Es la lucha de contrarios, la lucha de clases, pasar de ser esclavos a ser personas libres. Pasar de ser vasallos a ser ciudadanos. Pasar de una sociedad consumista a una sociedad de economía democrática.


 

 

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